viernes, 26 de febrero de 2016


UNA NUEVA GUERRA FRÍA: EL CIBERESPIONAJE


Fuente: RT en español, 2013

Edward Snowden, antiguo miembro de la NSA, Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, filtró en 2013 varios documentos, hasta entonces secretos, del Gobierno de EEUU, en los que quedaba patente el férreo control de este ejercía a nivel mundial, mediante el denominado ciberespionaje, bajo el pretexto de la seguridad nacional. De esta manera, Snowden es calificado por muchos de traidor de su patria, por lo que fue condenado. Por ello, fue acogido por el gobierno de Rusia. Sin embargo, también es considerado por otros tantos como un verdadero héroe, de acuerdo con un artículo de El País de 20131, pues sacó a la luz una información que la propia población debía conocer. Tal y como explican fuentes de la Agencia Europa Press2, incluso recibió el Premio Nobel Alternativo, el premio sueco Right Livelihood, por su defensa de la libertad de prensa, y de la libertad en general. Al fin y al cabo, este caso representa una vez más el conflicto entre la libertad individual y la protección de la seguridad nacional, como analizaremos a continuación.

          Este dominio se ha ejercido tanto sobre la población como sobre distintos gobiernos; con un tipo de política que incluso se ha puesto en práctica para controlar a estados aliados y a la propia UE. Por ejemplo, un caso actual es el  relacionado con Israel, aliado de EEUU. Uno de los artículos más recientes de El País, de enero de 2016 (véase abajo, en Principales referencias)3, afirma que documentos de Snowden revelan que el gobierno estadounidense estuvo espiando a drones militares israelíes, al menos desde 1998.


 Edward Snowden: ¿héroe o traidor?

Los documentos revelados por Snowden han tenido un gran impacto, pues advierten que las grandes empresas de las redes sociales proporcionan información a EEUU, lo cual pone de manifiesto la doble faceta de estas. Por un lado, pueden parecer un lugar apto para la libertad de expresión e información; pero, por otro lado, también pueden utilizarse como herramientas muy eficaces para el control, censura y penalización que ejercen los gobiernos. Esto es debido a que resulta bastante fácil, a través de estos instrumentos, localizar cualquier identidad personal. Pero no solo esto, es más: el gobierno estadounidense cuenta, además, con otros sofisticados métodos para llevar a cabo dichas actividades; como, por ejemplo, importantes bases de datos, hackers o técnicas para la manipulación de teléfonos. En el caso concreto de EEUU, toda esta gran empresa es realizada por PRISM, pero también existen otras redes relevantes de ciberespionaje, como Echelon. En un principio, esta última se creó para combatir con la URSS, en el contexto de la Guerra Fría. No obstante, actualmente sigue vigente y es una plataforma compuesta por UKUSA, es decir, por EEUU, Reino Unido, Nueva Zelanda y Australia4. En este sentido, al “gran dirigente Echelon” se puede equiparar con un gran líder que todo lo ve, al igual que el “El Gran Hermano” de George Orwell. 

         El impacto de todo ello ha suscitado una crisis diplomática, una cierta exacerbación y una verdadera polémica. Esta crisis diplomática ha causado un gran revuelo, pues con las declaraciones de Snowden salió a la luz, por ejemplo, la manipulación de los teléfonos de Ángela Merkel o François Hollande. Ante esto, la propia Ángela Merkel llegó a afirmar que no iba a tolerar dicha clase de prácticas5. No obstante, conforme al propio Snowden, algunos gobiernos, como el de la misma Alemania, ya conocían esta situación antes de hacerse públicos los informes, pues incluso habían utilizado este tipo de espionaje para beneficio propio6

EEUU, por su parte, se justifica con “el lema de la seguridad nacional”. A menudo la prensa, tal y como algunas fuentes de El País afirman7, identifica el origen de esta política de espionaje estadounidense con el atentado del 11-S, que impulsó el Patriot Act, una ley que permitía dicho control bajo el pretexto de la protección de la seguridad nacional. No obstante, desde un punto de vista crítico e histórico, podemos afirmar que estas medidas están influenciadas por algunas ideologías estadounidenses, como son la Doctrina Monroe o “El Destino Manifiesto” de O'sullivan; dos doctrinas que emergerán en distintos períodos de la historia en la sociedad estadounidense. La primera doctrina se basa en un discurso profundamente antieuropeo, en defensa de EEUU como una potencia continental que quiere desentenderse del resto del mundo. Algunos estudiosos sostienen que esto viene dado por la propia mentalidad de aislamiento del empresario estadounidense, que pretendía vivir ajeno al exterior (a los impuestos del estado, los ataques de los indios, la guerra de México o la competencia exterior). Mientras tanto, el “Destino Manifiesto” fue una expresión dada por el periodista O'sullivan, que sostenía que EEUU tenía que ser un referente o modelo moral y político en el mundo: la idea de liderazgo mundial se fusionaba con la de un repliegue exterior. Por ejemplo, en el contexto de la Guerra Fría se utilizó esta doctrina, así como en la entrada de EEUU en otras guerras, como la Guerra de Vietnam. Como se puede observar, estas ideas distintas de liderazgo han podido influir claramente también en la política de ciberespionaje norteamericano.


No obstante, debido a la presión internacional y al propio debate nacional, Obama en 2015  impulsó el denominado USA Freedom Act. En teoría esta legislación suprime el Patriot Act de George Bush, y defiende la idea de que el gobierno no puede tener ciertos datos de los ciudadanos. Pese a ello, esto es en realidad una mera y escasa limitación, pues solo prohíbe algunos controles en la comunicación por vía telefónica, como tener acceso a la duración de las llamadas8En definitiva: las políticas del PRISM y el Echelon continúan. Además, poco después de aprobar esta ley, EEUU acusó a China de un tipo de ciberespionaje por el cual habría conseguido numerosos datos de funcionarios; aunque, posteriormente, en septiembre de 2015, Obama declaró que había llegado a un pacto con China, para cesar este tipo de vigilancia9.

Por ende, podemos concluir que el conflicto entre la seguridad nacional y la libertad individual sigue presente en nuestras sociedades. Está claro que la política de seguridad nacional de EEUU supone una violación o intromisión de la libertad individual, y en todo lo que ella deriva (libertad de expresión, de información, etc.). Todo ello es considerado por algunos como una intromisión ilegítima, mientras que otros la consideran completamente válida. Por ello, no es de extrañar que Edward Snowden sea calificado de traidor y a la vez de héroe, como menciona un artículo de El País que data de 2013, al que hacíamos alusión al principio de esta entrada. La libertad es uno de los principios básicos para el correcto funcionamiento de las sociedades plurales y democráticas, por lo que si esta se ve violada o mermada, el propio régimen democrático puede verse tambaleado. La injerencia en la libertad individual se podría justificar con la defensa de la protección de la seguridad nacional. Esto en un principio se nos presenta como algo bastante útil para la sociedad; por ejemplo, para combatir con el terrorismo u otros tipos de crímenes. Pese a ello,  hay que tener cuidado con el doble filo de este discurso, ya que también puede ser la venda que oculte intereses económicos y políticos de las grandes potencias mundiales, como es EEUU. Dichos intereses han derivado en una serie de tensiones internacionales que, aunque no sean de carácter militar, no dejan de ser confrontaciones. En definitiva, estamos ante “una nueva guerra fría” que ya amenaza y ya ha puesto en peligro la estabilidad de la diplomacia, así como también ha supuesto una asechanza para todo el sistema democrático. 



Principales referencias y notas a pie de página
1 Artículo de El País: “Edward Snowden: ¿héroe o traidor?” (2013)

2 Artículo de la agencia Europa Press: “Edward Snowden gana el Premio Nobel Alternativo” (2014)

3 Artículo de El País: “EEUU y Reino Unido espiaron los drones militares de Israel” (2016)

4 Vídeo de RT en español: "El gigante de espionaje de EEUU, que no estaba dormido" (2013)

5 Artículo de La Nación: “Crece el escándalo del ciberespionaje: EEUU habría hackeado a Merkel” (2013)

6 Artículo de El País: “Alemania conocía y utilizó los sistemas de espionaje masivo de EEUU, según `Bild´” (2013)

7 Artículo de El País: “La batalla global por los datos” (2015)

8 Artículo de El País: “La batalla global por los datos” (2015)

9 Artículo: “EEUU y China llegan a un acuerdo sobre el espionaje”


viernes, 12 de febrero de 2016

UNA BRECHA QUE DIVIDE EL MUNDO 



Según las Estadísticas mundiales de Internet en 2015, ha habido un claro crecimiento de Internet a nivel mundial. Sin embargo, no podemos afirmar que toda la población mundial cuente con la posibilidad de acceso y/o uso a Internet. De acuerdo con esta fuente, el 46,4% de la población mundial es el que cuenta con esta posibilidad. Es un porcentaje considerable, pero nos encontramos con un mundo dividido prácticamente en dos mitades. El término brecha, según la RAE, significa ˋrotura´, pero en este caso el concepto se refiere a un salto, a una distancia o a una diferencia tecnológica entre países o regiones del mundo; de tal manera que la brecha digital deriva de la brecha social, una distancia social y económica. 

Desde diciembre del año 2000 hasta noviembre de 2015, en todas las regiones del mundo ha aumentado el número de usuarios de Internet; lo cual no es azaroso, en un mundo cada vez más digitalizado. Las regiones que más han crecido en este sentido son África (con 7.231,3% de crecimiento) y Oriente Medio (con 3.649,8 % de crecimiento). Esto es bastante resaltable si lo comparamos con las regiones mundiales de menor crecimiento de usuarios: Norte América (con un 190,4 %) y Europa (con un 474,9 %). Sin embargo, pese a este crecimiento, las diferencias entre las distintas regiones del mundo siguen siendo bastante notorias e incluso se podrían calificar de alarmantes. Las regiones con menos población usuaria de Internet son África, Asia y Oriente Medio, con un 28,6 %, un 40,2 % y un 52,2 % del total de la población de la región respectivamente. Por el contrario, Norte América y Europa son las regiones con mayor población usuaria de Internet, con un 87,9 % y un 73, 5 %. Por consiguiente, no es mera coincidencia que las regiones más desarrolladas económica, industrial y tecnológicamente del mundo sean las que tengan un mayor acceso a Internet. De esta manera, la situación de España claramente distará, por ejemplo, de la de la población nigeriana. En este sentido, decíamos al principio que la brecha digital deriva de la brecha social, y también al revés: la social deriva de la digital. Además, esta brecha también la podemos encontrar dentro de un mismo país: los sectores y colectivos más pobres serán los que tengan un menor acceso a Internet, aunque también entran otros factores en juego, como los demográficos (población por edades) y los psicológicos. Por ejemplo, en las sociedades occidentales suelen ser los mayores, no adaptados a las nuevas tecnologías, los que utilizan menos Internet. Un artículo publicado en la Revista Científica de Educomunicación, denominado "De la brecha digital a la brecha psico-digital", explica que normalmente los mayores que más utilizan Internet son los que se sienten más jóvenes y los que tienen una mayor confianza en sí mismos.

Según Mónica Aspe Bernal, titular del CSIC de la Secretaría de la Comunicación y Transportes (SCT) en México, una de las principales causas de la brecha entre las distintas regiones del mundo es que hay ciertas zonas que no resultan muy atractivas para emprender un negocio para las grandes compañías. Está claro que implantar el acceso a Internet en ciertas comunidades, más apartadas y normalmente situadas en zonas rurales, conlleva una serie de altos costes. Sin embargo, combatir la brecha digital aporta una serie de beneficios sociales, culturales y económicos. Desde un punto de vista social, la introducción de Internet en ciertas partes del mundo acabaría, o al menos paliaría, la desigualdad social mundial e introduciría una serie de derechos y libertades, como la libertad de expresión. Además, culturalmente hablando, Internet contribuye a la divulgación de ideas y de distintas disciplinas, como las humanidades, consiguiendo así una mayor diversidad cultural, ideológica y lingüística, lo que podría entrar en conflicto con regímenes autoritarios y dictatoriales. En este sentido, quizá a ciertas formas de gobierno no les interese tanto garantizar a la población un mayor acceso a Internet. Finalmente, como menciona Mónica Aspe, también tendría una serie de beneficios económicos dentro del país o la región, pues aumentaria la competencia y la productividad de las empresas y de sus trabajadores. La subsecretaria de la SCT de México recalca, por ejemplo, que por cada 10 % de población con acceso a la banda ancha, aumentaría la productividad un 1,5 %. 

Entrevista a Mónica Aspe Bernal en 2014

Debido a estas ventajas, aunque no siempre es así, en general se dice que hay una tendencia a combatir la brecha. Es el caso, por ejemplo, de la ONU, que cuenta con su propia Comisión de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo, además de varios programas mundiales y regionales. Destaca especialmente el UIT, Unión Internacional de Telecomunicaciones, un organismo de la ONU especializado en las TIC, Tecnologías de la Información y la Comunicación. Además, un proyecto a destacar es la iniciativa NetMundial, compuesta por varios países de todas las regiones del mundo, que en 2014 se reunieron en una cumbre en Sao Paolo, donde asistieron representantes de 97 países. Tal y como se explica en su página web oficial, los principales objetivos y principios que persigue esta iniciativa son varios: derechos humanos, fines económicos y culturales, y conseguir un espacio unificado, basado en los principios de Internet (política inclusiva, transparente, equitativa y participativa). El Consejo de esta organización está formado por técnicos, académicos, y sectores privados y gubernativos de las distintas regiones del mundo. Si nos remitimos a su página web oficial, en esta se afirma que están afiliados a ICANN, una organización sin ánimo de lucro que sirve para garantizar la estabilidad de Internet. Sin embargo, pese a que se menciona que tienen una serie de proyectos para resoluciones prácticas, no se especifica cuáles son ni cómo lo van a realizar, a excepción de varias cumbres y foros que tienen organizados. Otro de los proyectos internacionales a resaltar es la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información, CMSI, también denominada WSIS con sus siglas en inglés. Ya se realizaron dos reuniones, en 2003 en Ginebra, con la asistencia de 175 países, y en 2005 en Túnez con la asistencia de 174 países. Este proyecto tiene como objetivo también acabar con la pobreza. Con la colaboración de la ONU y de la UIT, ya ha determinado varias resoluciones; y se prevé una nueva reunión para este año.

En conclusión, luchar contra la brecha digital y social aporta grandes beneficios a la propia región en la que se realice. No obstante, ¿realmente les interesa a las grandes compañías de telecomunicaciones? Muchas empresas se benefician de esta desigualdad; pues los beneficios y proyectos en contra de las diferencias tecnológicas suponen el desarrollo de industrias independientes y autóctonas, que a su vez derivan en una nueva competencia para los países desarrollados. Una muestra clara de ello es la Guerra del Congo por el coltán y las explotaciones mineras africanas de algunas empresas. Por ello es tan importante la existencia de organismos y de una regulación, para establecer límites y acabar con la brecha. Sin embargo, pese a los esfuerzos de algunas organizaciones, los proyectos contra la brecha digital y social no dejan de ser insuficientes: la estadística refleja que, a pesar del crecimiento general de Internet en los últimos años, más de la mitad del mundo no tiene un acceso a este. Por ende, la lucha ha de continuar.


           
Principales referencias:
-Estadísticas mundiales de Internet de 2015:
http://www.exitoexportador.com/stats.htm

-Estudio "De la brecha digital a la brecha psico-digital", publicado en la Revista Científica Educomunicación:
http://www.revistacomunicar.com/index.php? contenido=detalles&numero=45&articulo=45-2015-06

-Página web oficial de la ONU:
http://www.un.org/es/development/progareas/sciencetech.shtml

-Página web oficial de la iniciativa NetMundial
https://www.netmundial.org

-Página web oficial de la CMSI:
http://www.itu.int/es/Pages/default.aspx

-Artículos periodísticos de El País y Cuba Debate, respectivamente:
http://elpais.com/elpais/2013/04/10/opinion/1365622809_595700.html
http://www.cubadebate.cu/noticias/2014/04/23/onu-se-pronuncia-por-reduccion-de-la-brecha-digital/

miércoles, 3 de febrero de 2016

MUCHO MÁS QUE UNA RED SOCIAL: UN MODO DE VIDA




La sociedad de la información, pese a que tiene varios conceptos, se podría definir como aquella sociedad en la que la tecnología se utiliza para que haya flujo de la información y para que la sociedad avance o se desarrolle. Castells y otros sociólogos lo definen como un espacio de los flujos y de los lugares; de tal manera que ambos espacios se unen, como se observó en el 15M, que fue un elemento paradigmático. Las redes sociales también unirán ambos espacios y en ellas se observa una clara relación entre sus usos y la sociedad o el contexto cultural, tal y como analizaremos a continuación. Por ende, estamos hablando de un mundo halla globalizado, interconectado y digitalizado. La estadística es buena muestra de todo ello. 

Según el estudio IAB Spain de 2015, que se centra sobre todo en la evolución de las redes sociales durante los años 2013 y 2014, las redes sociales más valoradas son, en orden descendente, Youtube, Spotify, Instagram y Facebook. Esta última es la única que ha perdido valoración de las cuatro, pero no por ello ha dejado de ser utilizada. Es más, se podría afirmar que Facebook es la red social más hegemónica de España, pues sigue siendo la más utilizada (96 % de visitas y utilización), seguida de Youtube (66%) y de Twitter (56%). Según el informe We are social de enero de 2015, solo Whatsapp supera a Facebook como plataforma social más utilizada a través del móvil, con un 42% y un 33% respectivamente. De acuerdo con el mismo informe, a estas plataformas les siguen Facebook Messenger (20%), Twitter (17%) y Skype (12%).

Este tipo de redes sociales se utilizan por diversos motivos. Volviendo al mismo estudio, IAB Spain de 2015, este sostiene que las principales razones son: ver lo que hacen los contactos (66%), ver vídeos y música (58%) y enviar mensajes (52%). Sin embargo, estas no son las únicas finalidades, sino que estas se han ampliado considerablemente, de acuerdo a nuevas necesidades y actividades sociales. Por ejemplo, han aumentado las compras y el seguimiento de marcas a través de estas redes, sobre todo mediante Facebook y Twitter; de acuerdo con el contexto de sociedad capitalista y consumista en la que vivimos. Otros de los fines son los eventos, el entretenimiento e incluso hallamos fines profesionales y/o académicos. Por ende, todo ello refleja un aspecto multifacético de las redes sociales, que se puede extrapolar también, en líneas generales, a Internet.

Los sectores de mayor seguimiento, basándonos de nuevo en el estudio, son las telecomunicaciones y la tecnología (39%); la cultura y los medios de comunicación (37%); la sección de belleza e higiene (37%), y la alimentación (34%). De nuevo, observamos una clara vinculación, a modo de nudo gordiano, entre los sectores de las redes sociales y el contexto social y cultural. Por ejemplo, el hecho de que el público del sector de belleza e higiene esté formado mayoritariamente por mujeres viene dado por los cánones de belleza femeninos de la sociedad actual, implantados sobre todo mediante la televisión y la publicidad. Todos estos sectores se vinculan con una incipiente sociedad tecnológica y mediática.

De acuerdo con el informe We are social de enero de 20152, se calcula que 35,7 millones son usuarios activos de Internet de la población española, es decir, de un total de 46, 5 millones. Dicho de otra manera, se trata del 77% de la población española. En este sentido, conviene destacar que España se considera un país desarrollado con bastante población con acceso a Internet, ya que el mismo informe afirma que el 77% de la población está urbanizada. Además, dicho informe sostiene que las plataformas más utilizadas siguen siendo los ordenadores (63%), tanto portátiles como ordenadores de mesa, pero también los móviles (29%), en detrimento de las tablets y la play station, vinculadas con el acceso a Internet. Los principales usos que se le da al móvil son varios: uso de aplicaciones de redes sociales (35%), ver vídeos (29%), jugar a videojuegos (22%), ver y buscar localizaciones (18%), y fines bancarios (28%). 

Tras este análisis, podemos concluir que la sociedad de información actual es prácticamente imprescindible: Internet y las redes sociales ya forman parte de nuestro modo de vida. De hecho, seguramente la mayoría de población española, sobre todo la más joven, ya no se imagine una vida sin las nuevas tecnologías ni las redes sociales. La estadística refleja claramente la dependencia de la sociedad con respecto a estas. Sin embargo, cabe destacar que los datos estudiados no se corresponden con los parámetros estadísticos de otros países menos desarrollados. Por ejemplo, los casos estudiados distan considerablemente de los de la población nigeriana. De esta manera, la brecha social deriva en brecha digital, y viceversa: si una determinada sociedad no cuenta con el suficiente desarrollo industrial o tecnológico, también quiere decir que digitalmente distarán de otros países. Además, esta brecha también se puede producir dentro de un mismo país: la población más envejecida o la población con un menor nivel económico suele ser la que tiene un menor acceso a Internet. No obstante, por todo lo mencionado, se puede concluir Internet no es un medio de comunicación de masas, sino una plataforma en la que el usuario conversa. Internet, y en concreto las redes sociales, se basan en una interacción constante, hasta tal punto que todos somos tanto emisores como receptores; por lo que se trata de una sociedad- red unida o interconectada.