Un pequeño espacio en esta red interconectada, que llamamos Internet, sobre el que hablaremos precisamente de la importancia de esta y de la comunicación. Al fin y al cabo, como menciona Manuel Castells: "Internet es mucho más que una tecnología. Es un medio de comunicación, de interacción y de organización social".
miércoles, 27 de abril de 2016
EL FENÓMENO CROWD
El
fenómeno crowd (concepto de multitud,
en relación a proyectos colectivos) está cada vez más presente en nuestra
sociedad (crowdfunding, crowdmapping, etc.); lo cual viene dado
por las ventajas que presenta. Este fenómeno se rige por una lógica descentralizada
que aporta ciertos beneficios sociales, aunque no conviene edulcorarlo. Por
ello, a continuación, se analizan distintos ejemplos, así como las ventajas e
inconvenientes del fenómeno.
Como
ya hemos mencionado, el fenómeno crowd
abarca, a su vez, distintos procesos, como el crowdfunding, además de otros. El fenómeno más general, que se
puede afirmar que hace referencia también al resto, es el crowdsourcing. Aunque haya varias definiciones, todas ellas hacen referencia
a un tipo de inteligencia y conocimiento abiertos, dados e impulsados por las
ventajas que reporta la colaboración en grupo o en comunidad1. Algunos
ejemplos de crowdsourcing son Wikipedia (enciclopedia digital abierta),
Flickr (red social enfocada a las
audiovisuales) o Patata Brava (sitio
web destinado a compartir apuntes universitarios). Un ejemplo más concreto es Bellingcat, una plataforma en la que
participan distintos periodistas independientes, para desarrollar
investigaciones colectivas sobre distintos temas. La plataforma fue impulsada
por el periodista Eliot Higgins, también conocido por su pseudónimo Brown Moses2.
Fuente: Youtube (canal neus soler)
Otros fenómenos dentro del crowd son el crowdfunding y el crowdmapping.
Por un lado, el crowdfunding se define
como un fenómeno de financiación mancomunada. En ella, se introducen los
capitales de numerosos inversores, y puede utilizarse para diversos proyectos, como
campañas publicitarias, investigaciones, proyectos periodísticos y/o artísticos3.
Una muestra de ello es La Mecha,
revista impulsada por universitarios de la Carlos III de Madrid, la Rey Juan
Carlos I y otras universidades de Madrid. Por otro lado, el crowmapping se define como una
geolocalización, en la cual participan un grupo de personas. Dentro del crowmapping, intervienen el uso de las
nuevas tecnologías; y, entre estas, hallamos aplicaciones o incluso la
herramienta de Google Maps. Este tipo de crowd
se impulsó sobre todo tras algunos desastres naturales, como el terremoto de
Haití de 2010, para la geolocalización de desaparecidos4.
Además,
estas no son las únicas funciones del fenómeno crowd, sino que se le pueden dar numerosos usos. Por ejemplo, en
Rusia se ha impulsado una aplicación de uso colectivo, denominada Bribr, en la
que se recogen estadísticas y denuncias anónimas de corrupción5. Por
consiguiente, tal y como se pone de manifiesto en los ejemplos, el fenómeno crowd puede ser algo beneficioso para la
sociedad. En primer lugar, una de sus principales ventajas es el riesgo
compartido en cualquier proyecto o iniciativa que pudiera salir mal, así como los costes compartidos. Dicho de
otra forma, esto hace que el riesgo individual sea menor, lo cual es de suma relevancia
a la hora de invertir dinero para un proyecto. En segundo lugar, hallamos, en
líneas generales, un aprovechamiento de las nuevas tecnologías, que se ponen al
servicio del proyecto. Finalmente, otro de los puntos fuertes del fenómeno crowd es que contribuye a que haya un
mayor pluralismo; y, por ende, a una menor concentración de poder en una sola
persona. El garante del proyecto no es un único dirigente, sino que el éxito
depende de varias personas, que pueden contribuir a que haya mayor pluralidad
de ideas.
De esta manera, distintos puntos de
vista fluyen en un mismo proyecto. Por tanto, esto, a su vez, también puede
acarrear una serie de problemas. Al haber distintas perspectivas, puede haber
también falta de acuerdo, e incluso enfrentamientos entre las diversas partes
del equipo. Todo ello puede conducir a diversos problemas de coordinación,
organización, planificación y administración de las tareas y recursos del
grupo. Esta postura choca con la teoría de las “multitudes inteligentes” o Smart
Mobs, que defienden algunos autores como Howard Rheingold6.
Es
precisamente de una lógica descentralizada de la que derivan estas trabas. Sin
embargo, pese a ello, la forma contraria (proyecto dirigido por un líder)
también puede llevar a una serie de problemas, como pudieran ser los abusos de
poder. Por tanto, ¿cuál es la solución? No podemos concluir que el fenómeno crowd sea algo milagroso, a pesar de los
beneficios que aporta. Tiene sus pros y sus contras, por lo que no conviene
edulcorarlo. Por ello, es preciso introducir en el fenómeno crowd una cierta centralización. Sin
embargo, esta debería estar regulada, controlada y dirigida por varias manos,
como es propio del conocimiento abierto y de la colaboración colectiva. Además,
las nuevas tecnologías son una vía para hacer frente a dichos problemas de
coordinación y planificación.
La colaboración de la ciudadanía en la información ha
cambiado el modelo de periodismo, basado ahora en un cierto feedback o retroalimentación, en el que
el receptor se convierte incluso en emisor. Por lo tanto, deja de lado un tipo
de periodismo unilateral, y contribuye a una mayor democratización. A
continuación, explicaremos las causas que han impulsado este tipo de periodismo
ciudadano, así como algunos ejemplos en los que este se pone de manifiesto.
La era de las nuevas tecnologías ha sido un factor
clave por el cual se ha conseguido esta participación ciudadana. Internet ha
impulsado una nueva forma de comunicación en la cual el ciudadano no es un mero
lector de prensa. Los blogs, las páginas web como Wikipedia o el poder
contactar electrónicamente con un medio son algunos ejemplos de ello. Son
plataformas que permiten y facilitan la libertad de expresión e información de
los ciudadanos, lugares en los que estos pueden expresar libremente su opinión.
No obstante, ya hemos mencionado en algunas entradas de este blog, que las
tecnologías pueden presentar un doble filo, ya que, por otra parte, pueden convertirse
en medios propicios a los intereses del gobierno; es decir, pueden servir como
herramientas de control por parte de este. Pese a ello, no conviene olvidar que
han impulsado la participación ciudadana en el periodismo, o, dicho de otra
manera, han impulsado el denominado periodismo
ciudadano.
Este fenómeno no es monocausal, como la mayoría de
procesos históricos, económicos, sociales o culturales. Por consiguiente, a este
agente tecnológico se unen otros más, como los problemas de los medios
tradicionales, aunque ambos componentes están muy enlazados entre sí. Actualmente,
los medios tradicionales, en concreto la prensa en papel, se han tenido que
enfrentar y adaptar a un proceso de digitalización: Internet ha cambiado la forma de hacer periodismo. Por lo tanto,
estos medios deben cambiar sus estructuras y modelos de negocio. Por ejemplo,
la introducción del pago por contenidos o del denominado Affinity Club son ejemplos de ello. Por un lado, el pago por
contenidos, introducido aproximadamente a principios del siglo XXI, consiste en
que el usuario paga por un contenido digital que se considera más exclusivo o
que presenta un valor añadido. Sin embargo, no fue un modelo de gran éxito, a
excepción de algunos periódicos económicos. Por otro lado, el Affinity Club consiste en un club de
suscriptores en el que se ofrecen ciertos descuentos o ventajas económicas a
estos (en restaurantes, teatros, cines, etc.); lo que implica que el medio de comunicación
lleve a cabo una serie de acuerdos con otras empresas. Como se observa en estos
ejemplos, actualmente la prensa digital, que a su vez ha impulsado el
periodismo ciudadano, se encuentra en auge y actúa en detrimento de los periódicos
tradicionales.
No obstante, no es este el único problema con el que deben
combatir, ni tampoco el único factor que ha impulsado el periodismo ciudadano:
su falta de credibilidad y su vinculación con el poder político son otros
componentes relevantes en estos procesos; aunque la unión prensa y política no
es un fenómeno exclusivo de hoy en día. En España, los gobiernos liberales y
conservadores del siglo XIX ya utilizaban a la prensa como instrumento de
control ideológico, e incluso se remonta a épocas anteriores. Este nudo
gordiano, entre poder político y periodismo, ha llevado a una falta de
credibilidad: la derecha y la izquierda tienen
una poderosa influencia en la prensa. Esto hace que la posición del
periodismo como “perro guardián” peligre, lo que también contribuye a su
desacreditación y falta de credibilidad. De igual manera, su vínculo con
ciertos poderes económicos es otro sustrato relevante que, a mi juicio,
desprestigia a la prensa. El hecho de que el periodismo dependa de sectores
bancarios y grandes sociedades privadas (principales fuentes de los ingresos
publicitarios del medio) son ejemplos de las posibles presiones que pueden
existir, así como de las posibles manipulaciones que pueden darse en la
información.
Las manipulaciones ponen de manifiesto la desacreditación
de la prensa, y conducen, hasta cierto punto, a un cansancio ciudadano. Este
último también es dado, como ya hemos mencionado, por los propios abusos de
poder. Por ejemplo, aunque haya un debate acerca de si el 15- M ha triunfado o
no, este movimiento es un caso ilustrativo del agotamiento y descontento de la
ciudadanía ante los abusos políticos, y en concreto ante el sistema
bipartidista español. De este modo, el periodismo ciudadano es una forma de
combatir contra estas injusticias, o al menos de denunciarlas. Por ejemplo, Indymedia (Independent Media Center) fue una red global de participación periodística
ciudadana. Indymedia se inició en
1999 como un movimiento que simpatizaba con la antiglobalización de EEUU, en
contra de las cumbres de Seattle de la OMC (Organización Mundial del Comercio).
Por tanto, fue una plataforma que se centró sobre todo en temas políticos y
sociales, e incitó a una mayor colaboración ciudadana, ya que su modelo fue
imitado en otras partes del mundo. Además, también en el mismo país, otro
ejemplo fue el Movimiento Ocupemos Washington, muy relacionado con el
periodismo, tal y como se refleja a continuación.
Fuente: teleSUR tv
Por otra parte, los atentados del 11- M, en Madrid
(2004), o los del 7-J, en Londres (2005) son otros capítulos de este periodismo
ciudadano, y no son los únicos, tal y como se observa también en conflictos bélicos, como el de Siria (véase en el vídeo de abajo). Según Óscar Espiritusanto y Paula
Gonzalo Rodríguez: “(…) la cobertura de atentados y conflictos armados abre un
nuevo capítulo en favor del periodismo ciudadano”. Son, por tanto, momentos en
los que la calle habló. Por un lado, respecto a los atentados del 7-J, de
acuerdo con las mismas fuentes, fueron los propios atrapados en el metro los
que captaron las imágenes del horror con sus propios teléfonos móviles. De esta
manera, estas imágenes y vídeos fueron difundidos a través de YouTube y Flickr, y enviados a medios tradicionales, como la BBC, antes de
que estos pudieran desplazarse hasta el lugar de los hechos. Además, esto
último refleja otros de los problemas de los medios de comunicación
tradicionales (los costes de transporte y las dificultades para adaptarse a
noticias de última hora). Por otro lado, en lo que se refiere al 11-M, de
acuerdo con las mismas fuentes, también hubo una cierta cobertura ciudadana,
aunque quizá su participación no se dio tanto en el mismo lugar de los hechos,
sino a través de Internet y otros medios. Hubo una utilización y aceptación de
las herramientas Web 2.0 para protestar en contra de la actitud y presión del
Gobierno. De hecho, esta actitud durante el Gobierno de Aznar, que intentó
hacer creer que los atentados fueron llevados a cabo por ETA, facilitó el
ascenso del PSOE en las elecciones de ese mismo año. Se trataba de un contexto
en el que Internet y la mensajería instantánea no estaban tan presentes como en
los últimos años, por lo que este “despertar” ciudadano de protesta se observa
más en las llamadas telefónicas y en los SMS. Pese a ello, también la
movilización ciudadana quedó reflejada en Internet que, en tan solo un día (el
11 de marzo de 2004), aumentó un 1%, ascendió de un 3 a un 4 %. Conforme a
algunos autores, como Óscar Espiritusanto, las llamadas de fijo a móvil, en tan
solo un día, aumentaron en un 725 %, y el envío de mensajes de un 20 a un 40 % entre
el 11 y el 14 de marzo.
Fuente: TVE
Estos últimos
constituyen ejemplos de una mayor participación ciudadana en el flujo de la
información, que ha conducido a un nuevo periodismo: el periodismo ciudadano.
Este es fruto de las nuevas tecnologías y de un descontento social, causado por
los abusos políticos, así como por las propias prácticas del periodismo. A mi
juicio, este nuevo tipo de comunicación contribuye a un mayor pluralismo,
puesto que es un espacio en el que todos los ciudadanos pueden expresar
libremente su opinión. Dicho de otra manera, es una forma de acabar con una
información monopolizada. No obstante, tampoco conviene edulcorarlo, pues este
periodismo tiene algunos defectos. Por ejemplo, en algunos casos, como en OhmyNews el proyecto fracasó, debido a
una falta de especialización. Esto hacía que recibiesen numerosos mensajes de
todas partes del mundo, lo que dificultaba el proceso de selección y
publicación de noticias. Además, hay que tener en cuenta que un ciudadano no cuenta
con la misma formación profesional que un periodista. En definitiva, a pesar de
esto, el periodismo ciudadano contribuye a un mayor pluralismo ideológico y a
una mayor democratización: es una nueva forma de protesta y lucha por nuestros
derechos como ciudadanos.
UNIVERSOS
PARALELOS: LAS NUEVAS MÁQUINAS DE HACER DINERO
Actualmente,
se han incorporado de una manera bastante frecuente dos tipos de marketing o
estrategias audiovisuales, que a veces se confunden, aunque están muy alejados
de ser iguales: el transmedia y el crossmedia1. Hoy en día, existen
múltiples posibilidades de contar una historia, y ambas fórmulas aprovechan
estas oportunidades, aunque lo harán de manera divergente.
Tanto la narrativa transmedia como la crossmedia consisten en el despliegue del relato en varias
plataformas, como las audiovisuales. Películas, libros, aplicaciones, videojuegos,
páginas web o redes sociales son algunos ejemplos de los soportes, en los que se
cuenta la historia. En algunos casos, el relato puede cambiar, dependiendo del
soporte, aunque no tiene porqué ser así. Por ejemplo, en una aplicación para
móvil, como puede ser un videojuego, no se contarán todos los detalles que
puedan aparecer en el libro o en la película. Tal y como menciona Ilo Von Seckendorff2:
“las reglas de cómo mandar y recibir información han cambiado”. De hecho, los transmedia y los crossmedia se basan en esto, por lo que son herramientas bastante
actuales. Por ejemplo, de acuerdo con la misma fuente, la narrativa crossmedia se inició hace
aproximadamente doce años, pero se ha impulsado sobre todo en los últimos tres
o cuatro años; en un principio con proyectos documentales, como el de Gaza Sderot, pero también con géneros de
ficción. Otro punto en común, en muchos de los proyectos que se dan en ambas
formas de narrativa, es el hecho de que los usuarios también son creadores, es
decir, colaboran, de tal manera que la audiencia forma parte del proyecto3.
Sin embargo, como ya
hemos mencionado, pese a que tengan estos puntos en común, son formas
distintas. La principal diferencia reside en que en el primer caso (en los transmedia) los relatos que aparecen en
cada soporte amplían el universo narrativo (cada pieza enriquece la historia),
pero son independientes entre sí. Esto quiere decir que la historia que se
cuenta se puede seguir perfectamente desde una plataforma u otra, sin necesidad
de pasar por todas, porque se experimenta desde distintos niveles; pero, a su
vez, si se juntan todos ellos, forman un mensaje coherente en su conjunto. En
este sentido, se trata de un contenido más adaptable, que se puede ampliar con
más facilidad, desde el punto de vista creativo4. Por el contrario,
en el crossmedia todo el universo
narrativo solo tiene sentido si se pasa por todas las plataformas, pero estas
no aportan una valoración o información extra a la historia central. Pese a
ello, la ventaja, a mi juicio, de este tipo de estrategia es que aumenta el
suspense y, con esto, el interés del lector, ya que si no continúa la historia
a través de otra plataforma no sabrá el final. Según Jack Bouman5,
existen cuatro criterios que definen a los crossmedia:
la producción comprende más de un medio; hay una integración; la distribución de
contenidos se basa en una gama de dispositivos (ordenadores, televisión, etc.)
y el uso de más de un medio debe servir de soporte a las necesidades del contenido
que se desarrolle.
Fuente: El Publicista Revista
Existen numerosos
ejemplos de transmedia y crossmedia, como El señor de los anillos, Harry
Potter, Piratas del Caribe o Carlos V emperador. En esta entrada,
vamos a analizar en concreto el caso de Pokemon,
un ejemplo de transmedia6. El proyecto inicial de Pokemon consistía en el lanzamiento de
un videojuego, impulsado por Satoshi Tajiri, quien consiguió junto con Shigeru
Miyamoto, llevar a la práctica su plan, a través de Nintendo, aunque estaba pensado para la Game Boy. Su idea procedía de la propia infancia de Tajiri, en la
cual se dedicaba a capturar insectos pequeños, de donde le vino la idea de crear
los Pokemon. Por esta razón, el
término Pokemon procede de Pockets Monsters (`monstruos de bolsillo´).
La historia central trata acerca de Ash que, junto con Picachu, viaja por el
mundo pokemon, viviendo aventuras, entablando amistades y enfrentándose a otros
seres pokemon, pues el principal objetivo de Ash es convertirse en un buen
maestro pokemon. En un principio, fue llevado a cabo por la programadora de software
Game freak y por Nintendo, pero, debido al gran éxito inicial como videojuego RPG, se
produjo la ampliación de sus líneas de negocio, por lo que salió al mercado una
versión del videojuego en serie de manga, así como nuevos juegos, como Hey You, Picacku!; artículos de colección
(cartas, como el juego Pokemon Trading
Card Game, tazos, ropa, etc.), revistas e incluso puzles. Dentro de esta
expansión, se desarrollaron las narrativas transmedia
de Pokemon, en las que el mundo que
se había creado se ampliaba con nuevas historias, que no seguían una secuencia
lineal. Estas historias se iban ampliando mediante generaciones y nuevos personajes
pokemons. Los más conocedores de Pokemon, sabrán que, en un principio, surgieron
los pokemons rojos y azules, dentro de la primera generación, pero más adelante,
surgirían otros muchos (Pokemon Oro, Pokemon Cristal, Pokemon Esmeralda, Pokemon
Negro, etc.), a los que se irían añadiendo historias: se llegarían a
desarrollar seis generaciones de pokemons. De esta manera, a medida que se iba ampliando
el mundo Pokemon, también se ampliaban las líneas y plataformas de negocio, con
el lanzamiento de numerosos videojuegos (Pokemon
Rumble, PokePark Wii: la gran
aventura de Pikachu, Pokemon Pinball,
Pokemon Link, etc.)7, de
series (la principal con 18 temporadas), de películas (Pokemon 2: el poder de uno, Héroes
Pokemon, etc.), e incluso de capítulos especiales (Crónicas Pokemon, Pokemon:
los orígenes, etc.)8.
En definitiva, Pokemon es un claro ejemplo de narrativa
transmedia, al igual que otros muchos
casos más. A medida que se crean personajes e historias nuevas, se van
ampliando las líneas de negocio, que se expande cada vez más, a través de distintos
soportes. En el caso de Pokemon ya
hemos visto que dichos soportes son muy variados (videojuegos, artículos de colección,
películas, etc.). Estamos ante una fórmula, la narrativa transmedia, que junto con la crossmedia,
constituyen distintas herramientas de persuasión, tal y como lo define la
revista El Publicista. En conclusión,
la creación de estos nuevos universos, creativos e imaginarios, acompañados por
las nuevas formas de contar historias en la actualidad, se han convertido ya en
las nuevas máquinas de generar fans y hacer dinero.
Un Community Manager es un eslabón importante en una época que algunos
denominan la “era de las nuevas tecnologías”. Se podría definir como el gestor
de la comunidad online, por lo que de él depende la imagen de la empresa en Internet,
tal y como menciona Juan Pedro Molina Cañabate, doctor en Ciencias de la
Información, principal fuente de información utilizada para la realización de
esta entrada. Sin embargo, la introducción de su figura en la empresa es
relativamente reciente, por lo que no es de extrañar que sea un cargo que esté
sujeto a controversia.
Algunos consideran que es un “intruso”
dentro de la empresa y que desempeña un papel superfluo, pues se limita “pasarse
el día jugando en Facebook”. Sin embargo, es mucho más que esto, de tal forma
que sus competencias se podrían incluir dentro de la estrategia de marketing de
la compañía; pero, debido a dicha controversia, todavía no queda del todo claro
el departamento en el que se debe incluir esta figura. Lógicamente, sus funciones
se basan en crear (es productor de contenidos), escuchar (es moderador, en
relación con otras empresas), integrar, participar y posicionar a la empresa en
Internet (es director y gestor de comunicación). Por consiguiente, para todo
ello, es necesario desarrollar un plan estratégico.
Fuente: Cine y Marketing (Canal de YouTube)
Este
plan se basa en tres fases principales: previa, analítica- valorativa,
estratégica- práctica, y reflexiva. En primer lugar, la fase previa se basa en
una valoración de las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades (DAFO) que
pudiera tener el proyecto empresarial. Tal y como mencionan algunos expertos,
como Silvia Robles, una de las funciones de los Community Manager consiste en identificar las amenazas y
oportunidades de la compañía. Para ello, es importante el estudio de otros
casos anteriores, si los hubiere. En segundo lugar, la segunda fase, la
analítica- valorativa, consiste en marcar los objetivos y analizar los medios
para conseguirlo, es decir, estudiar cómo llevar la marca a Internet. En este sentido,
es relevante la pregnancia y el análisis del público al que se va a dirigir la
empresa (y entre este público, diferenciar a los influencers), para la elaboración de los contenidos. De esta
manera, la siguiente fase, la estratégica- práctica, consistirá en llevar a la
práctica estos objetivos, y, en definitiva, todo el proyecto en sí, a través de
unas herramientas. El manejo de estas, como las redes sociales, es relevante en
la función del Community Manager. No
obstante, de nuevo esto está sujeto a controversia, pues a su vez el mundo de
las tecnologías se rige por un constante cambio, de tal manera que, en ciertas
ocasiones, estos instrumentos pueden caer en la obsolescencia. El caso de Tuenti, en la actualidad, es un buen
ejemplo de ello: anteriormente era muy utilizado a nivel nacional, sobre todo
por adolescentes, pero en los últimos años ha entrado en detrimento, frente a
redes sociales más influyentes, como Facebook,
Twitter o Instagram. Finalmente, la última fase, la reflexiva, consiste en
una primera evaluación de los resultados, tanto cuantitativos (ingresos,
costes, etc.) como cualitativos (contenidos, calidad, etc.).
Fuente: Aprendesocial
El principal objetivo de este
planeamiento estratégico es el lanzamiento positivo de la imagen de la empresa
en Internet. Por ende, el Comunity
Manager es un pilar básico dentro de la construcción de la reputación de
una empresa. De esta manera, su proyecto abarca los contenidos, las redes
sociales y el posicionamiento SEO, tal y como resalta Inbound Marketing. El SEO (Search
Engine Optimization) se podría definir, tal y como explica IAB Spain, como una serie de técnicas para
la optimización de la página web. De esta manera, las herramientas de un Comunity Manager son las tecnologías en
sí mismas. A propósito de esto, el hecho de que una empresa cuente con una
tecnología propia es una forma de independencia, es decir, no dependes de otras
empresas en este sentido, y, además, es una fuente de ingresos. La página web
es el garante de los clientes, pues a través de ella el cliente obtiene
información y puede ser “bombardeado” por publicidad. Por esta razón, la
distribución y estructuración de la página debe ser precisa, clara y ordenada,
para lo cual es importante la existencia de un catálogo. En la misma página, la
forma de búsqueda es igual de relevante, para que se adapte a los intereses más
concretos del cliente. La navegación debe ser intuitiva y guiar al usuario, a
través de recomendaciones o mediante correcciones en la barrera de búsqueda. Además,
la escalabilidad de la web de la empresa es bastante significativa, sobre todo en
los denominados Videoclubes Online.
La escalabilidad se define como la capacidad para mantener la calidad de la
tecnología, incluyendo los propios contenidos o la página web. Por ejemplo, los
Videoclubes Online, como Netflix, Yombi o Wuaki TV, deben
saber mantener la calidad de sus vídeos en los momentos en los que la página
pueda saturarse, es decir, momentos en los que haya demasiados usuarios en línea.
Por otra parte, las tecnologías, como las redes sociales o la propia página web
oficial de la empresa, son medios que facilitan la interacción con los
clientes, que pueden dar su opinión e informarse, así como la propia promoción
de la marca u organización empresarial.De este modo, la tecnología se pone
al servicio del marketing, y no solo ayuda a la autopromoción, sino también a crear
vínculos publicitarios con otras empresas, de tal forma que la publicidad es
una de las principales fuentes de ingresos de muchas empresas, sobre todo de
empresas cuyas líneas de negocio se centran en Internet. Quizá el caso más
significativo sea Google, pero
también encontramos numerosos ejemplos, como los periódicos digitales, tal y como
se observa en el Huffington
Post, pero también en otras muchas versiones de prensa digital, como la de El País, El Confidencial o El Diario.
Dentro
de la publicidad, las técnicas audiovisuales tienen un gran impacto, pues a
veces cualquier imagen tiene mucha más fuerza que cualquier escrito, en una
sociedad en la que la lectura en diagonal es ya una práctica habitual. Esto ha impulsado
un tipo periodismo basado en los medios audiovisuales, como es el caso de Play Ground. Por ello, se buscan
tácticas como el uso de logos y eslóganes. Por lo tanto, los logos se acaba
convirtiendo en los “sellos de identidad de la empresa”, al igual que sus eslóganes,
que pretenden ser frases “con gancho”, cortas y fáciles de memorizar, que
suelen venir acompañadas por canciones pegadizas.
Admítelo: ¡lo has leído como en el anuncio!
El Community Manager se encarga de
trasladar todo este marketing publicitario a Internet. Dentro de este, un
factor clave consiste en el análisis de los gustos de los usuarios, o en
general de los clientes, espectadores o audiencias. Esto ha llevado al
desarrollo del marketing de bases de datos, según el análisis de las compras, y
al desarrollo de la denominada política
de cookies. Las agencias publicitarias han reunido todos sus esfuerzos para
intentar conseguir información a través de las búsquedas de usuarios de
Internet, es decir, a través de las cookies, que son los lugares en los que se
almacena información, lo cual entra en conflicto con el derecho a la privacidad
delos usuarios. Debido a estos intereses, algunas empresas de Internet
proporcionan información de dichas búsquedas a determinadas empresas. El
interés por conocer las preferencias del consumidor determina los contenidos y
mensajes de las empresas. En determinados casos, las empresas cuentan, además, con
los denominados contenidos premium o con
la creación de contenidos propios, que resultan atractivos, pues otorgan a la
empresa una cierta independencia, ya que así los acuerdos de contenidos, con
otras empresas, pasan a ser superfluos o un añadido extra. En suma, la figura profesional del Community Manager se ha convertido en un
cargo significativo dentro del mundo empresarial, e incluso se podría calificar
de indispensable en un contexto de desarrollo e impulso de la denominada
sociedad- red. Por ello, es más que necesario el desarrollo de su formación,
pues su función no consiste únicamente en “pasarse jugando todo el día en
Facebook”, sino que implica numerosas facetas, como las que hemos ido analizando.
El manejo del SEO, la utilización de las redes sociales o el lanzamiento de
proyectos publicitarios son algunos de los aspectos a los que debe enfrentarse,
y, de igual manera, la creatividad, “el espíritu comercial” o la habilidad para
gestionar y organizar son algunas de las cualidades que deben estar presentes
en su persona. Por lo tanto, es la base de la reputación de una empresa, por lo
que su trabajo, que es un eslabón más del marketing, no debe ser menospreciado.
Toda la imagen corporativa de la compañía, o al menos una buena parte de ella,
depende de su trabajo.
Un Gobierno Abierto se podría
definir como un gran edificio que se sustenta sobre tres pilares fundamentales:
transparencia, participación y responsabilidad. El principal objetivo es que el
gobierno trabaje con y para la gente; por lo que pretende combatir la
corrupción y aumentar la calidad de ámbitos que conciernen a todos, como la
educación, la sanidad y la seguridad.
En
primer lugar, la transparencia hace referencia a que la información sobre entes
administrativos sea accesible al público, salvo algunas restricciones muy
limitadas. Por supuesto, la transparencia está relacionada con el derecho
del público a conocer y acceder a la información; e incluye datos de todas
las administraciones públicas, tanto nacionales como internacionales, y de sus
distintas funciones y facetas públicas (legislativas, judiciales, etc.). En el
caso de España y de otros países se excluyen los secretos de Estado, con el fin
de preservar la seguridad y protección nacional, y datos personales, que puedan
violar la intimidad de ciertas personas o vayan en contra de la ley de
protección de datos personales. No obstante, uno de los principios de la
transparencia es que “el secreto es la excepción”, y estas excepciones deben
estar definidas por la ley del propio país. Salvo estas restricciones, el resto
de la información debe ser pública, de tal manera que se debe publicar
información considerada esencial para entender el funcionamiento de las
instituciones públicas, sin necesidad de una solicitud previa. En efecto, la
información pasa a ser de todos, por lo que debe ser libre para reutilizarse y
libre de cargas, es decir, no se ha de basarse en pagos o licencias para
conseguir la información, pues es algo que concierne a todos. Para facilitar
este proceso, y que los datos lleguen a todos, la información se debe ordenar
de manera clara, concisa y por fechas; ha de incluir las ramas ejecutiva,
legislativa y privada que cumplan con funciones públicas, y deben existir
formatos accesibles desde el punto de vista técnico (open formats) para conseguir un mayor acceso a la información y
mejorar su distribución. No obstante, no basta con la mera publicación de
datos, sino que estos se deben regir por un mecanismo de comprobación; o, dicho
de otra manera, un organismo independiente ha de revisar mediante
investigaciones que la información sea correcta.
En
segundo lugar, la participación se define como la participación e involucración
de los ciudadanos: el público puede tomar en consideración determinadas decisiones
y contribuir a nuevas ideas. En definitiva: puede participar de las decisiones
del gobierno. Por lo tanto, para ello, debe haber oportunidades, no solo de acceso
a la información para todos, sino también de participar en la toma de
deiciones, incluyendo a individuos, sociedades civiles y accionistas
particulares. La información debe ser clara, comprensible, transparente y
disponible para el público, para una participación efectiva; por lo que
transparencia y participación son conceptos más bien interrelacionados. De
igual manera, debe existir tiempo suficiente para acceder a la información,
procesarla y revisarla. Todo ello implica una interacción constante entre el
público y las entidades, mediante diversos formatos: no solo a través de
Internet, también mediante otros medios, como las conferencias. Se trata de que
el público, y en general los ciudadanos, tengan influencia en el proceso de la
toma de decisiones, lo que hace que aumente el pluralismo y dé al público una
sensación de “empoderamiento”.
Finalmente, la responsabilidad
abarca un buen comportamiento e integridad en la toma de decisiones, para lo
que, lógicamente, se requiere de reglas y regulaciones (para evitar comportamientos
corruptos). Para ello, es necesario un organismo independiente, que no mantenga
ningún tipo de vínculo con el Gobierno ni con cualquier administración pública.
Dicho organismo debe revisar, investigar y comprobar que los datos publicados
sean correctos, y que no haya malversación de fondos. Para conseguir un
funcionamiento correcto, esta supervisión puede llevarse a cabo mediante
infiltrados o soplones. En definitiva, este tipo de organismos deben encargarse
de que haya una transparencia y responsabilidad reales.
Fuente: Open Government Partnership
En
el caso concreto de España, se intenta perseguir este Open Government con la Ley de Transparencia 19/2013, a la que ya
hacíamos referencia en este blog en la entrada Información y cultura: de todos y para todos. Esta ley pretende
poner en práctica el artículo 105 de la Constitución Española, que dice así:
La ley regulará:
a) La audiencia de los ciudadanos, directamente o a través de las
organizaciones y asociaciones reconocidas por la ley, en el procedimiento de
elaboración de las disposiciones administrativas que les afecten.
b) El acceso de los ciudadanos a los archivos y registros
administrativos, salvo en lo que afecte a la seguridad y defensa del Estado, la
averiguación de los delitos y la intimidad de las personas.
c) El procedimiento a través del cual deben producirse los actos
administrativos, garantizando, cuando proceda, la audiencia del interesado.
Esta ley
está, por lo tanto, relacionada con el derecho de los ciudadanos a acceder y
solicitar información a las administraciones y asociaciones dependientes de
entes públicos. Por ejemplo, en la página oficial madrid.org aparecen toda una serie de estadísticas y boletines
oficiales, e incluso un único apartado titulado Transparencia, en el que los ciudadanos pueden solicitar
información de distintos tipos, como económica o jurídica. Esta solicitud ha de
realizarse sin establecer los motivos que llevan a ella, y las publicaciones se
realizarán directamente en la página web. No obstante, como ya mencionábamos en
la otra entrada de este blog, algunas asociaciones sostenían que esto era
insuficiente y reivindicaban cambios y nuevas peticiones. Entre estas nuevas
demandas encontramos una información más detallada en lo que respecta a
contextos locales, financiación política y procesos judiciales; así como un
acceso directo a datos sin la necesidad de realizar una solicitud. De igual
manera, pedían una mayor revisión, inspección y control de dichos datos.
Algunas de estas reclamaciones fueron llevadas a cabo por OKE o por la Coalición
Pro Acceso (Access Info Europe, APDHE,
Greenpeace España, etc.). Dentro de esta coalición, destaca sobre todo la
asociación Access Info Europe, pues,
de hecho, fue esta la que se preocupó en 2012 por definir el término de Gobierno Abierto y su importancia para
la sociedad civil. Por ello, inició un proyecto, y, a la altura de 2013, presentaron
su iniciativa a la OGP (Open Government Partnership). Además, ha participado en otros, junto con la Fundación Ciudadana Civio, como “¿Dónde van mis impuestos?” o
“España en llamas”.
Este tipo de demandas no son
exclusivas de España, sino que también se han dado en otros países, lo cual ha
dado lugar a una nueva legislación ligada al concepto de Open Government. De esta manera, el concepto de Gobierno Abierto se va adaptando a las
necesidades de cada país. Por ejemplo, en Tanzania, como el agua es un recurso
escaso, la población tiene la posibilidad de enviar mensajes al gobierno,
cuando la población se quede sin reservas de agua. En el caso de otros países,
como Chile o Brasil, los nuevos proyectos se han basado en combatir la
corrupción y en la publicación de datos sobre la financiación de los partidos
políticos. Por ejemplo, en Brasil, con sus denominados Presupuestos Abiertos, se realiza una publicación de gastos en
línea en tan solo veinticuatro horas. Algo parecido sucede en otros países,
como en México, con su denominado IFAI.
No obstante, como mencionábamos al
principio, la lucha contra la corrupción, aunque sea uno de los principales
objetivos del Open Government, no es
el único: aumentar la calidad de la educación, la sanidad y la seguridad
también se encuentran entre estos objetivos. Para ello, es importante la
transparencia, la participación y la responsabilidad: debe haber una
interacción entre los ciudadanos y el gobierno. Dos claros ejemplos de ello son
EEUU y Reino Unido. Por un lado, en EEUU los ciudadanos pueden captar
problemas, como puede ser un crimen o un accidente, con el móvil, y después
ponerse en contacto con el Gobierno, de tal forma que la respuesta del Gobierno
puede ser monitoreada en línea, por lo que esta es una vía para aumentar la
seguridad de los ciudadanos. Por otro lado, en Reino Unido, entre la
información publicada por Open Data
(`Datos Abiertos´) hallamos algunos datos de tipo sanitario, como las
operaciones de corazón realizadas con éxito. Esta es una posibilidad de
realizar una comparación entre hospitales y de que aumente la competencia entre
ellos. De hecho, se calcula que así la tasa de supervivencia ha aumentado un
50%, por lo que se trata de un claro ejemplo en el que se ha conseguido
aumentar la calidad en la sanidad.
Algunos asociaciones, como Oaxtransparente, han llegado a realizar
afirmaciones como la siguiente: “la ecuación es sencilla: transparencia +
participación = rendición de cuentas, efectividad y eficiencia”. Está claro que
un Gobierno Abierto es un factor clave para la lucha contra la corrupción y la
mejora de ámbitos tan importantes, como la educación o la sanidad. Sin embargo,
enunciaciones como la mencionada, que parecen presentarse como “una fórmula
milagrosa”, se acercan al espacio de lo utópico, pues está claro que algunas de
estas medidas no han sido suficientes para lograr los objetivos deseados. Sin
ir más lejos, España se nos presenta como un ejemplo: la Ley de Transparencia
19/2013 no ha sido suficiente para acabar con la corrupción que azota con
fuerza en este país. Bárcenas, Rato o Urdangarín son buenos representantes del
lastre de la corrupción en la política española. De igual manera, las mareas
blanca y verde que han tenido lugar en España muestran el descontento de la
población civil hacia los recortes presupuestarios del Gobierno en los ámbitos
de la sanidad y la educación, por lo que son demandas en la mejora de la
calidad. Por ende, debemos tener cuidado con el doble filo de la Ley de
Transparencia, pues puede ser una mera herramienta del Gobierno para aumentar
la confianza de la población hacia este, cuando en realidad los supuestos
objetivos que se persiguen no se están llevando a la práctica. De igual manera,
el Gobierno Abierto puede fracasar por la otra cara de la moneda: los
ciudadanos. Es probable que haya una falta de participación activa, pues la Ley
de Transparencia en España no desembocó en la oleada masiva de solicitudes de
información pública que se esperaba; y está claro que el ciudadano medio no se
dedica a investigar los presupuestos y gastos del Gobierno. De esta manera, la
transparencia, la participación y la responsabilidad, aunque sean principios
básicos para el funcionamiento del sistema democrático, pueden fracasar si no
van acompañados por una serie de medidas, como un aumento de conciencia de la
población civil sobre su importancia o del denominado lobbying for transparency (“presión para la transparencia”).
Es
frecuente pensar que la censura está íntimamente ligada a los países que se
encuentran en guerra, como es el caso de Siria. Sin embargo, a nivel general,
el Informe anual de Reporteros sin Fronteras de 20151 refleja que un
64% de los periodistas asesinados se dieron en países que no estaban en confrontación
bélica. En este caso, una de las principales causas de esto ha sido la amenaza
generalizada del terrorismo del radicalismo islamista, que se ha dado sobre todo
en Oriente Medio, Europa, África y Asia. Este Informe refleja que 2015 ha sido
un año en el que el periodismo ha estado marcado por la amenaza de ISIS, una
asechanza para toda la libertad de expresión e información, aunque no es esta
la única causa de dicha situación.
Este
Informe, para graduar de alguna manera el grado de libertad de expresión e información
que existe atiende a varios criterios, como el número de periodistas muertos o periodistas
encarcelados2. Por una parte, los países con más periodistas muertos
han tenido durante el año 2015 son, en este orden, los siguientes: Irak (10),
Francia (8), Sudán del Sur (6), Siria (6) y Yemen (5). En los casos de Irak y
Siria, ambos son considerados por este informe como los más mortíferos y
peligrosos para los profesionales de la información, y la principal causa es el
azote del terrorismo yihadista, que no duda en decapitar periodistas, como fue
el caso de Kenji Goto, para sembrar el terror en todo el mundo. En Irak estos
terroristas se encuentran en una confrontación constante con el Gobierno, que
actualmente está encabezado por Fuad Madum3; mientras que en Siria
esta amenaza se une a una guerra que a día de hoy se ha alargado cinco años,
entre el Gobierno de Al- Assad y la oposición. Debido a este terrorismo,
numerosos periodistas han sufrido decapitaciones, defenestraciones y
crucifixiones. Por ejemplo, el periodista estadounidense James Foley murió decapitado
en Siria, en 2014, por el autodenominado Estado Islámico4. En el
caso de Francia, el atentado terrorista de Charlie Hebdo fue la principal causa
de estas muertes, pues murieron varios caricaturistas. Sin embargo no es esta
la única causa, tal y como mencionábamos al principio. Otra de las principales
causas es la propia inestabilidad interna y violencia de estos países. En el
caso de Sudán del Sur está profundamente marcado por una guerra civil interna
entre dos grupos étnicos distintos (los dinka y los nuer), unidos en un mismo país
de acuerdo a los intereses coloniales europeos5, mientras que en
Yemen tampoco existe una estabilidad: en Yemen la violencia de las milicias de
hutíes-chiitas, que han secuestrado a numerosos periodistas y civiles, se une a
los bombardeos de Arabia Saudí6.
Por
otra parte, de acuerdo en el siguiente criterio (número de periodistas
encarcelados), en total en 2015 se calcula que hubo 155. Los principales países
con mayor número de periodistas encarcelados fueron: China (23), Egipto (22),
Irán (16), Eritrea (15) y Uzbekistán (9). En los casos de China y Egipto, estos
países se consideran, según el Informe al que nos estamos refiriendo, las mayores
cárceles del mundo para los informadores, en los puestos primero y segundo,
respectivamente. El caso de China es uno de los más significativos, pues es el
mayor impulsor de tecnología pero a la vez el que más vigilancia y censura
establece. La censura a la página web 64Tianwang, que se dedica a temas
sociales, el encarcelamiento del periodista económico Wang Xiaolu o la
extraditacion del caricaturista Jiang Yefei son solo algunos ejemplos de ello7.
En Egipto hay un férreo control y censura sobre la prensa, dentro del régimen represivo
de Al-Sissi, que utiliza estas herramientas en oposición de los Hermanos
Musulmanes y del resto de oposición. De igual manera, en otros países como Irán
(el tercer país del mundo con mayores periodistas encarcelados) y Arabia Saudí,
el periodismo sufre la dura represión del Gobierno: el encarcelamiento, la pena
de muerte o un castigo con latigazos son algunas de las respuestas ante
cualquier postura de oposición contra el Gobierno, cualquier actitud laica, o
incluso hacia cualquier tendencia dentro de su ideología que cuestione mínimamente
algo de lo estipulado. Algo similar sucede en Eritrea, un país situado al este del
continente africano, en donde el gobierno de Isaías Afewerki (presidente
desde la década de los noventa del siglo pasado) penaliza cualquier oposición a
su régimen. De hecho, según un artículo de El Diario que data de 20138,
es difícil obtener información del país pues sus fronteras son prácticamente herméticas
y no existen medios de comunicación privados, es decir, el Gobierno controla el
monopolio de la información. Únicamente conocemos su situación por las oleadas
de emigrantes que logran huir del país o por los testimonios de escasos
periodistas, como Léonard Vincent. También en Uzbekistán, situado en Asia
central, la situación es parecida: existe un régimen represivo encabezado por un
presidente (Islom Karimov), que se encuentra en el cargo desde que este país consiguió
la independencia en la década de 1990, y que ha conseguido concentrar el poder
en su persona y en su partido político, así como monopolizar el mundo de la información
nacional. Además, esto se une a la amenaza del terrorismo yihadista, pues este país
es uno de los principales aliados de EEUU9.
Por consiguiente, el Informe Anual
de Periodistas sin fronteras recalca la amenaza que el terrorismo yihadista supone
para la libertad de expresión e información, y, aunque esta enunciación es
correcta, no se puede afirmar que sea la única causa. Es cierto que el
terrorismo yihadista, como menciona el informe, tiene un concepto de periodistas independientes como `soldados
enemigos´, pero conviene matizar que, aunque este sea uno de los terrorismos que
más aliente la represión del periodismo, no es el único existente: no solo es
terrorismo el grave atentado del 11-S, sino también es terrorismo el conjunto
de bombardeos de EEUU y otros países a países orientales y africanos. Además,
como hemos ido analizando en los diferentes casos explicados, el terrorismo y
el conjunto de grupos radicales armados no es el único factor que contribuye a
esta situación, sino que estos aspectos se aúnan a factores políticos, económicos
y sociales. En definitiva, la concentración de poder en un régimen autoritario
y dictatorial determina el control de toda una población y economía que se
nutre de la censura y la violencia para afianzar esta posición, azotando con
dureza la libertad de expresión e información, que en algunos países es
inexistente (véase el caso de China). Por ejemplo, en México, el país más
peligroso de su continente, la censura viene ligada a la propia corrupción del régimen,
de las mafias y de los políticos locales. Por supuesto, para que toda una información
salga a la luz en países tan represivos o en zonas en conflicto, es necesaria
la labor de enviados especiales, corresponsales y periodistas independientes (free lances), que en muchos casos viven
en primera persona situaciones muy duras, como puede ser una guerra o una
crisis humanitaria. Por ejemplo, Antonio Pampliega es uno de estos free lance, que ha trabajado sobre todo
en Siria y que, tras ser secuestrado allí, junto con sus compañeros, apenas hay noticias de ellos10.
Antonio Pampliega: “Mientras me
quede aire volveré a narrar el horror de la guerra”
En
este contexto, en algunos países las tecnologías juegan, en gran parte, un
papel protagonista, que tiene un doble filo. Por un lado, pueden ser los monasterios
que den cobijo y culto a la libertad de información y expresión. Por ejemplo,
grandes redes sociales, como Facebook o Twitter, fueron fundamentales en la denominada
Primavera Árabe, pues contribuyeron a la difusión de nuevas ideas democráticas a
favor de la libertad, y a la organización de las manifestaciones que tuvieron
lugar en algunos países. No obstante, por otro lado, pueden ser el cimiento de
censura y control por parte del Gobierno, que puede localizar más fácilmente a
los integrantes de este tipo de organizaciones, o a disidentes u opositores. De
esta manera, países como China, Irán o Siria, destacan por su alto número de
internautas encarcelados (84 en China, 19 en Irán y 17 en Siria, según el
Informe anual de 2015 de RSF).