La sociedad
de la información, pese a que tiene varios conceptos, se podría definir como
aquella sociedad en la que la tecnología se utiliza para que haya flujo de la
información y para que la sociedad avance o se desarrolle. Castells y otros
sociólogos lo definen como un espacio de los flujos y de los lugares; de tal
manera que ambos espacios se unen, como se observó en el 15M, que fue un elemento
paradigmático. Las redes sociales también unirán ambos espacios y en ellas se
observa una clara relación entre sus usos y la sociedad o el contexto cultural,
tal y como analizaremos a continuación. Por ende, estamos hablando de un mundo
halla globalizado, interconectado y digitalizado. La estadística es buena
muestra de todo ello.
Según el
estudio IAB Spain de 2015, que se centra sobre todo en
la evolución de las redes sociales durante los años 2013 y 2014, las redes
sociales más valoradas son, en orden descendente, Youtube, Spotify, Instagram y
Facebook. Esta última es la única que ha perdido valoración de las cuatro, pero
no por ello ha dejado de ser utilizada. Es más, se podría afirmar que Facebook
es la red social más hegemónica de España, pues sigue siendo la más utilizada
(96 % de visitas y utilización), seguida de Youtube (66%) y de Twitter (56%).
Según el informe We are social de enero de 2015, solo Whatsapp supera
a Facebook como plataforma social más utilizada a través del móvil, con un 42%
y un 33% respectivamente. De acuerdo con el mismo informe, a estas plataformas
les siguen Facebook Messenger (20%), Twitter (17%) y Skype (12%).
Este tipo de
redes sociales se utilizan por diversos motivos. Volviendo al mismo estudio, IAB Spain de 2015, este sostiene que las
principales razones son: ver lo que hacen los contactos (66%), ver vídeos y
música (58%) y enviar mensajes (52%). Sin embargo, estas no son las únicas
finalidades, sino que estas se han ampliado considerablemente, de acuerdo a
nuevas necesidades y actividades sociales. Por ejemplo, han aumentado las
compras y el seguimiento de marcas a través de estas redes, sobre todo mediante
Facebook y Twitter; de acuerdo con el contexto de sociedad capitalista y
consumista en la que vivimos. Otros de los fines son los eventos, el
entretenimiento e incluso hallamos fines profesionales y/o académicos. Por
ende, todo ello refleja un aspecto multifacético de las redes sociales, que se
puede extrapolar también, en líneas generales, a Internet.
Los sectores
de mayor seguimiento, basándonos de nuevo en el estudio, son las
telecomunicaciones y la tecnología (39%); la cultura y los medios de
comunicación (37%); la sección de belleza e higiene (37%), y la alimentación
(34%). De nuevo, observamos una clara vinculación, a modo de nudo gordiano,
entre los sectores de las redes sociales y el contexto social y cultural. Por
ejemplo, el hecho de que el público del sector de belleza e higiene esté
formado mayoritariamente por mujeres viene dado por los cánones de belleza
femeninos de la sociedad actual, implantados sobre todo mediante la televisión
y la publicidad. Todos estos sectores se vinculan con una incipiente sociedad
tecnológica y mediática.
De acuerdo
con el informe We are social de enero
de 20152, se calcula que 35,7 millones son usuarios activos de Internet de la
población española, es decir, de un total de 46, 5 millones. Dicho de otra
manera, se trata del 77% de la población española. En este sentido, conviene
destacar que España se considera un país desarrollado con bastante población
con acceso a Internet, ya que el mismo informe afirma que el 77% de la
población está urbanizada. Además, dicho informe sostiene que las plataformas
más utilizadas siguen siendo los ordenadores (63%), tanto portátiles como
ordenadores de mesa, pero también los móviles (29%), en detrimento de las
tablets y la play station, vinculadas con el acceso a Internet. Los principales
usos que se le da al móvil son varios: uso de aplicaciones de redes sociales
(35%), ver vídeos (29%), jugar a videojuegos (22%), ver y buscar localizaciones
(18%), y fines bancarios (28%).
Tras
este análisis, podemos concluir que la sociedad de información actual es
prácticamente imprescindible: Internet y las redes sociales ya forman parte de
nuestro modo de vida. De hecho, seguramente la mayoría de población española,
sobre todo la más joven, ya no se imagine una vida sin las nuevas tecnologías
ni las redes sociales. La estadística refleja claramente la dependencia de la
sociedad con respecto a estas. Sin embargo, cabe destacar que los datos
estudiados no se corresponden con los parámetros estadísticos de otros países
menos desarrollados. Por ejemplo, los casos estudiados distan considerablemente
de los de la población nigeriana. De esta manera, la brecha social deriva en
brecha digital, y viceversa: si una determinada sociedad no cuenta con el
suficiente desarrollo industrial o tecnológico, también quiere decir que
digitalmente distarán de otros países. Además, esta brecha también se puede
producir dentro de un mismo país: la población más envejecida o la población
con un menor nivel económico suele ser la que tiene un menor acceso a Internet.
No obstante, por todo lo mencionado, se puede concluir Internet no es un medio
de comunicación de masas, sino una plataforma en la que el usuario conversa.
Internet, y en concreto las redes sociales, se basan en una interacción
constante, hasta tal punto que todos somos tanto emisores como receptores; por
lo que se trata de una sociedad- red unida o interconectada.
Principales referencias:
-Estudio IAB Spain de 2015
http://www.iabspain.net/wp-content/uploads/downloads/2015/01/Estudio_Anual_Redes_Sociales_2015.pdf
- Informe We are social de enero de 2015
http://wearesocial.com/uk/special-reports/digital-social-mobile-worldwide-2015
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